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lunes, 22 de abril de 2013

Día 29 en Sofía "días de fútbol"


El fútbol es el deporte más popular de Bulgaria. Quien lo diría viendo ayer el estado fisico del 80% del estadio Balgarska Armia  La Unión de Fútbol de Bulgaria, en búlgaro: Български футболен съюз, BFU), fundada en 1923, es el organismo que regula el fútbol búlgaro y es miembro de la FIFA y UEFA. La Unión gestiona la A PFG, la máxima competición a nivel de clubes del país, la Copa de Bulgaria y la selección de fútbol del país, que dirige, el conocido para los españoles Lubo Penev, ex jugador del Celta de Vigo y el Valencia.
 
El fútbol fue introducido en Bulgaria en 1893-1894 por profesores de gimnasia suizos invitados al país. Se disputó un partido de fútbol en un Instituto masculino de Varna en 1894 organizado por Georges de Regibus y el fútbol llegó a Sofía el año siguiente gracias a Charles Champaud. Las reglas futbolísticas fueron publicadas en búlgaro por los profesores suizos a través de la revista Uchilishten pregled en 1897 y continuó su escalada de popularidad en el siglo XX.
Entre los fundadores del Galatasaray turco en 1905 estaba el estudiante búlgaro del Instituto Galatasaray Blagoy Balakchiev. El primer club de fútbol búlgaro se fundó en la capital Sofía en 1909 por iniciativa de Sava Kirov. El PFC Botev Plovdiv se fundó en 1912, el PFC Slavia Sofia en 1913 y el PFC Levski Sofia en 1914.



El Derbi eterno del fútbol búlgaro (El Madrid - Barca de aquí) lo forman los dos clubes más exitosos del país: el PFC CSKA Sofia y el PFC Levski Sofia. En cada partido de los dos equipos, ya sea en liga, copa o competición europea, existe un ambiente único en el estadio y en los hinchas de ambos equipos.
Desde la fundación de ambos se han disputado 130 partidos oficiales en la primera división búlgara. El Levski ha ganado en 53 ocasiones, mientras que el CSKA en 41. El clásico ha terminado en empate en 36 veces. La diferencia de goles es 191 a 175 a favor del Levski. Además, hay resultados históricos que se han dado a lo largo de los enfrentamientos. Dos de los resultados más amplios fueron un 7—2 (17 de noviembre de 1968) y un 7—1 (23 de septiembre de 1994), ambos para el Levski. Por su parte, las victorias más abultadas del CSKA fueron un 5—0 (23 de septiembre de 1959 y 1 de octubre de 1989) y 4—0 (14 de abril de 1957). Puestos en antecedentes, lo que nosotros vimos ayer no tiene nada que ver con un clásico de esta índole.

Tarde perfecta de fútbol en Sofía. Unos 17 grados, sol, leve amenaza de nubles pasajeras, pipas, 10 levas, unas fantas y muchas ganas de ver un partido de fútbol en el pais del eterno Stoichovk. El CSKA se jugaba entrar en puestos de champions contra el Slavia y la afición se concentraba un buen rato antes para defender de forma aférrima sus colores. Cánticos difíciles de traducir, banderas algo más asequibles y varios niños con urnas paseando por la grada recogiendo dinero para el club parecía ser el anticipo más prometedor para una tarde repleta de sorpresas.

En el estadio Balgarska Armia, donde ejerce de anfitrión el mítico CSKA hay dos posibilidades a la hora de adquirir tu entrada. Sector A y sector B. 15 y 10 levas respectivamente (7 y 5 euros). A la hora de entrar, da igual la que compres porque el acceso, aunque regulado, tiene menos credibilidad que el tarot de Anamís Fuster. Un poco de cacheo, un par d sonrisas, te quitan el tapón de la botella, y luego te la venden dentro con tapón. Y adelante, siéntate donde quieras!!! Viva la seguridad!!!. Grande Platini y su UEFA.

Nuestra elección a la hora de acomodarnos pienso que no fue la más idónea. A la izquierda el típico hincha que va al fútbol sólamente para desahogar sus problemas conyugales. Personaje éste,  que nos ha regalado un sinfín de vocabulario, si no exactamente futbolístico, sí para defendernos en caso de un hipotético y no deseado altercado o para cuando el Levski nos visite poder despacharnos en paz en un correcto búlgaro. копеле, хомосексуалист, задник... y un sinfín de adjetivos de tipo vejatorio que supongo harían bajar su adrelina. A nuestra derecha un tipo carismático, más parecido a Chanquete de Verano Azul, que a un hincha rapado y violento. Su gorra a lo afro, su chaqueta de pelo, ceñida hasta los ojos,  a 18 grados, y un silbato en la boca durante los 90 minutos, sin olvidar la conversación que hemos mantenido con él sin entender un carajo de búlgaro. Imaginaos a los tres испански (españolitos) más agusto que en brazos disfrutando de ese solecito rodeados de una marea de búlgaros aupando a su equipo. 



Hemos sabido integrarnos. Celebramos como nadie los dos goles del CSKA. Hemos hecho vista ciega al óxido que decora el bajo fondo de las butacas del estadio. El matorral que crece libre alrededor del mismo, y la escasa organización a la hora de los accesos al estadio.Y además hemos sufrido al final con el gol del honor del Slavia. Buena experiencia la de hoy... que coloca a nuestro equipo de adopción en zona europea, en uno de esos...días de fútbol.

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