Hegel decía que la historia es el esfuerzo del espíritu para conseguir la libertad. El día se ha visto marcado por el ocio, con aspectos singulares como asistir a una sala de cine con tres alumnas de la escuela Lenyka y tratar de ver la película en inglés con subbtítulos en búlgaro... toda una odisea que espero mejorar con los días. Durante la ida y la vuelta a los cines Arena (que recomiendo a todo el que viva en Sofía), fuimos haciendo de profesores corrigiendo esas pequeñas "muletillas" a la hora de hablar. Pienso que cuando llegue a España y la gente hable sin esos errores pasarán dos cosas. O me alegraré de no tener que corregirlas, o simplemente, las echaré de menos... ahí la parte imprevisible de nuestra mente. Ha sido una tarde, que aunque en ocasión venidera se alargará hacia un karaoke
cercano al que nos han invitado (yo no me veo cantando), provechosa
para seguir consumiendo, disfrutando y aprendiendo Sofía y sus
posibilidades.
Si existen verdades absolutas, una de ellas es que todos tenemos miedo
de sufrir. Así, ingenuamente, intentamos controlar las situaciones
alrededor nuestro, como si eso fuera posible... Obcecados en este deseo de protegernos, gastamos nuestra energía y
nuestro tiempo intentando controlar los pensamientos, las actitudes y
hasta los sentimientos de las personas que amamos y que, sobre todo,
deseamos que nos amen.
Mientras tanto, no nos damos cuenta de que la vida se basa en lo
imprevisible, en lo incontrolable, en lo sorprendente. Ningún
sentimiento es garantizado, ninguna consecuencia es revelada
anticipadamente. El futuro es totalmente incierto.
Acerca de la incertidumbre, en mi reojo a las noticias del mundo. Hoy me paro en Barcelona, donde mi personaje a destacar en el día 14 de mi amado blog, es sin duda, el ejemplo de fuerza, de valentía, de garra, de pundonor, y como digo al principio del texto... de esfuerzo espiritual... que a tres mil kilómetros de aquí, ha dado el enorme Eric Abidal. Inmenso el jugador del FC Barcelona que volvió a calentar la banda del Nou Camp bajo una ovación sin precedentes y coreado por noventa mil personas tras entrar en un terreno de juego trece meses después de ser operado de un transplante de hígado. Hoy todos hemos sido Abidal, todos hemos querido poner nuestro granito de arena para que ésta fuera, sin duda, su noche. "Cuánto más se aproxima uno al sueño, más se va convirtiendo la leyenda personal en la verdadera razón de vivir", y durante estos últimos meses, la razón de vivir de "Abi" han sido sus hijas, su mujer, su familia y su primo, a quien agradeció enormente haber sido su donante para poder salvarle. La mejor enseñanza es el ejemplo, decía siempre mi padre, y estoy seguro que éste de Eric, es sin duda la mayor inyección de ánimo y fuerza para todas las personas que padecen enfermedades similares. La lotería de la vida que tanto debe costar afrontar... para el jugador francés... se ha convertido en una realidad..."más allá de los sueños". ENORME Y SUERTE "ABI". Hoy Sofia... puede esperar.
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