El fútbol es el deporte más popular del Planeta. Produce momentos deportivos mágicos, crea algunas de las celebridades más conocidas del mundo y tiene un poder global para unir a personas, ciudades y naciones.
San Diego López ha regalado a la grada de Chamartín, con sus paradas, una oleada de ilusión y un palpitar a velocidades imprevisibles. El milagro del fútbol se rozó y la afición no aguantó sentada en sus asientos. Se volvían los que ya desfilaban camino de sus casas y en los últimos quince minutos todos empezaron a creer en un equipo que hacía tiempo no se había visto tocar la bola de esa manera. Quizás hayan sido los mejores minutos del Madrid en años. Enhorabuena a ambos equipos.
En mi devenir búlgaro, continúo con los cincos sentidos puestos en todo cuánto hago. Intento currarme mis clases de la mejor forma posible y de hecho parece que agradan, cosa que me supone una importante inyección de moral. Supongo que a todos nos gusta que nuestro trabajo se vea recompensado. "El trabajo bien hecho da alegría en el pecho" que dice el refrán.
Aunque lo que todos nos preguntamos cuando nos hablan de algo parecido a lo nuestro pero diferente, es dónde están esas desemejanzas. Eso mismo me preguntaba yo, y anoche, con más o menos exactitud, conseguí ponerme al día. Os intento resumir.:
En la Iglesia Ortodoxa sólo se admiten 7 Concilios Ecuménicos mientras que en la Iglesia Romana por el contrario 20. Lo difícil que me resultó cuando fui catequista explicar a los niños el misterio de la Santísima Trinidad, y ahora descubro que en la Iglesia Ortodoxa niegan la procedencia del Espíritu Santo del Padre y el Hijo. Muy listos!!!. La Sagrada Escritura y la Tradición tienen el mismo valor como fuente de la Revelación. En la Iglesia Romana, la Tradición es más importante que la Sda. Escritura. La Consagración del Pan y del Vino en el Cuerpo y la Sangre de Cristo en la misa se efectúa por el Prefacio, las Palabras del Señor y la Epíclesis y no por las palabras dichas por Cristo en la Ultima Cena como es costumbre en nuestra creencia.
La Iglesia Ortodoxa no admite la Infalibilidad del Obispo de Roma en ningún caso, siendo ésta una prerrogativa de toda la Iglesia, y no de una persona. Otro punto que me gusta de la parte ortodoxa del cristianismo es la enseñanza de que las decisiones de un Concilio Ecuménico son superiores a las decisiones del Papa de Roma o cualquier jerarca eclesiástico (chapó), adiós a los "mandamases".
La familia orto niega la existencia del Purgatorio y del Limbo, ésto casi que no es muy representativo, porque pienso que cada día nos cuentan algo nuevo al respecto. Se cree en la existencia de un Juicio Particular inmediatamente después de la muerte, así como también en el Juicio Final. El Sacramento de la Santa Unción puede ser recibido varias veces por los fieles, en caso de cualquier enfermedad espiritual o corporal, y no solamente en peligro de muerte como en la Iglesia Romana (positivo ésto tambien).
La Iglesia Ortodoxa no admite la existencia de las indulgencias. Distinta concepción teológica sobre religión, Iglesia, Encarnación, Gracia, imágenes, escatología, Virgen María, Tradición, Jerarquía, Espíritu Santo, Purgatorio, Sacramentos, Culto de los Santos, infalibilidad, Estado... En el Sacramento del Matrimonio el Ministro es el Sacerdote, y no los Contrayentes, como quiere la Iglesia Romana. Admite en casos excepcionales el Divorcio.
Todo ésto, a groso modo es lo que puedo transmitir sobre las distintas formas que cada persona o comunidad, tienen de encaminar su fe. Personalmente, me gusta siempre hacer una valoración en frío de las cosas, sin comparaciones, pero es inevitable hacer referencia a lo que conoces y encajar lo nuevo acorde a lo que sabes. Como cualquier creencia, como cualquier referencia a Dios, ambas iglesias ofrecen a sus fieles, pros y enmascaras contras, que cada uno debe adaptar a su propio criterio. Refutar aquello que nos dan es señal de inteligencia. No asumir como borregos y seguir con los ojos vendados, señal de sabiduria. No aceptar aquellas cosas que resultan aberrantes en los tiempos que corren es señal de madurez y de implicación y no, como piensan algunos, de revolución. Soy creyente, muy creyente en la persona de Jesucristo, como mis padres bien me educaron... Admirando lo que hizo, lo que significó y significa para todos los que nos consideramos sus hijos... pero no sigo a pies juntillas cada paso que dan quienes en la Tierra le representan... si hay dudas... nunca viene mal..."una mirada al pasado"
