Un 9 de mayo de hace 19 años, el triunfo de la bondad, de la comprensión, de la igualdad y de la lucha de los derechos del pueblo sudafricano se personificaban con la investidura de Nelson Mandela como el primer presidente negro de Sudáfrica. Todos recordaremos... "si yo tuviera el tiempo en mis manos haría lo mismo otra vez. Lo mismo que haría cualquier hombre que se atreva a llamarse a sí mismo un hombre". Esta misma mañana, de otro 9 de mayo, de 2013, recibía sepultura otra de las personas a las que siempre podremos considerar, con unas mayúsculas que enfaticen su casta, poseedora de ese derecho del que hablaba Mandela.
Hoy ya no es día de llorar, ni de lamentar. Sino de valorar, admitir, aceptar y de aplaudir. Valorar la forma en que la gente de Baena se ha volcado con nuestra familia. Me escribian contándome que la casa de mis abuelos ha estado llena día y noche. Mis amigos, los amigos de mi hermano, los de mis tíos, los de mis padres, los de mis primos...la familia, los conocidos...han estado todos. Tambien día de admitir que las personas simplemente se van porque existe otro lugar que asimismo estamos obligados a conocer. Aceptar, que somos aves de paso, y que en este viaje recogemos lo que sembramos, y hoy, al ver una iglesia abarrotada y en silencio sepulcral (según me describía mi madre) para despedir a alguien, debe de ser que durante tu vida, no has debido de ser mal agricultor en esa gran huerta que es nuestra existencia terrenal. Y aplaudir... a vosotros, mi familia, por cogerme ahora el teléfono y veros rodeando a la abuela, entre sonrisas, alegres y satisfechos, llenos, orgullosos porque habéis ofrecido siempre vuestro "YO" para quien ahora no está. ¡Que alegría ver a mis primos pequeños, Bárbara y Antonio, con esa expresión de calma en la cara!, capaces de aceptar que su abuelo está en un lugar mejor, y a mi tío Alfredo sentado en el sillón favorito de Don Alfredo. Cansados, agotados, pero dichosos. Él no decidió marcharse, porque si le hubieran dado a elegir mañana se levantaría y se sentaría en la avenida del parque a esperar a la abuela venir de Mercadona, iría a visitar a Luis y a Miguel Ángel, pasaría a echar un ojo a ver como va la clientela de Alfredo Martín o se tomaría una sin alcohol en Casa de Luis. Pero, así ha sido. Si algo destaco de mi abuelo, es que si hago un esfuerzo lo podría recordar enfadado, cabezón, incluso testaduro algunas veces, pero nunca, absolutamente nunca, lo ví triste. Menuda lección en vida.
En mi Andalucía lejana, de la que estos días me he olvidado por completo, destaca Córdoba en portada de todos los periódicos tras la puesta en marcha de la primera edición de los Patios "pata negra" certificada por la UNESCO y que se iniciaba esta mañana con una masiva afluencia de público. El resto del panorama nacional más de lo mismo. Por un lado Cándido Méndez aferrándose a la defensa de la labor de los sindicatos mientras el país entero se alzaba por enésima vez en huelga contra los recortes y privatización de la educación. La misma que necesitarían las tres hermanas marroquíes detenidas por vender a 28 bebés. Bla, bla, bla... nada cambia... "el mismo perro con distinto collar", que razón!!!
Y De esta manera, me despido esta noche con un semblante mucho más recompuesto que el de ayer. Con esa llama de nuevo encendida del cariño y del amor. Con la certeza, el agradecimiento, la satisfacción y el orgullo intacto, y con un título a esta entrada de mi blog, que no podía ser otro que un homenaje y un aplauso enorme y silencioso a quien ayer nos dejó, y a ésa que hoy más que nunca fue..."la Gran Familia"
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