Hoy, 3 de mayo y Día Mundial de la Libertad de Prensa, es obligado un recordatorio para los más de 300 periodistas que siguen encarcelados en el mundo y los 70 asesinados durante el pasado año. Se podia leer una frase en la página de facebook de RTVE que dejaba clara una gran evidencia "no se mata la verdad, matando periodistas".
En Sofía, día de color gris marengo, tirando a negro, con una tormenta primaveral que ha convertido a andar por la calle en una odisea más difícil que depilar el pecho de Cobo. Eloy, y el dueño de este blog, nos fuimos al gimnasio en manga corta y con más calor "que en Cádiz pisha" y al salir nos hemos topado con una sesión de truenos y relámpagos que ni en Pachá Ibiza.
La mañana, que fue soleada, si la hemos aprovechado para seguir haciendo de Jones en la ciudad que nos acoge. Entre la Catedral Alexandre Nevski y la Iglesia Rusa se puede encontrar un pequeño, pero singular parque, que ofrece otro pulmón de oxígeno a la ciudad. En él se encuentra la figura del que fuera primer ministro búlgaro Stefan Nikolov Stambolov (en búlgaro: Стефан Николов Стамболов). Político quien compaginó su cargo de primer ministro con el de regente. Es considerado uno de los más importantes y populares fundadores de la Bulgaria moderna. Cuando te hablan de él, y aunque nació en la ciudad de Veliko Tornovo, todo el mundo conoce su historia, y sobretodo, el trozo vinculado a su muerte.
El 3 de julio de 1895, Stambolov tomó un coche a su casa, junto con su guardaespaldas y un amigo. A mitad de camino, el carro se detuvo ante un asesino que disparó su revólver, asustando a los caballos. Stambolov salió rápidamente, pero se encontró con tres asesinos más, armados con cuchillos. Stambolov, que llevaba un revólver, le disparó a uno de los atacantes. Los otros lo tiraron al suelo. Sabiendo éstos que Stambolov llevaba un chaleco antibalas lo apuñalaron en la cabeza, que él trató de proteger con sus manos. Su guardaespaldas finalmente ahuyentó a los agresores. Fue llevado rápidamente a su casa con una fractura de cráneo y las manos mutiladas. Cuentan que en su leche de muerte dijo: "Las personas de Bulgaria me perdonarán todo. Pero no perdonarán que fui yo quién trajo a Fernando aquí." Se cree que Stambolov era bien consciente que sus días después de su dimisión habían sido contados, y que Fernando, quien ocupada el trono búlgaro en ese momento, era probablemente quien orquestó su asesinato. Murió alrededor de las 2 de la mañana del 6 de julio, víctima del atentado de los extremistas macedonios.
Creía conveniente destacar la historia de este ministro búlgaro en el blog. Un espacio web del futuro si lo comparamos con aquella época en la que la fuerza se imponía a la inteligencia y la lógica. Reinaba el miedo a decir "no". O "si" cuando debía de ser "no", y las propias creencias personales se veían influenciadas por los regímenes que gobernaban cada país. Aún, tristemente, disponemos de un amplio catálogo de ejemplos similares en nuestro super mundo moderno.
Sólo me queda agradecer a Fernando Tejero el "retwist" de anoche a mi blog. A María Dolores, que me ha escrito un correo muy bonito, desde la bibliotca de Baena, y en el que tilda a esta experiencia como un importante "máster de la propia vida", y a Isabel de Rueda, de quien tomé prestadas algunas poesías para el recital del pasado miércoles en Lenyka, y que con sus palabras me animó a seguir continuando con ésto.
Estoy seguro de que debemos aprovechar enormemente nuestra existencia, desarrollando aquello que nos hace ser nosotros mismos, de esta manera, no temeremos nunca, la llegada de Maktub - lo que está escrito -
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