El éxito de la Academia de Hollywood, su fama y reconocimiento internacional es indudable, pero hoy día, la situación de las salas de cine es muy distinta a la de años atrás. Según las estadísticas, y a modo de ejemplo, se han reducido hasta un 42% el número de localidaddes vendidas en los cines españoles, siendo muchos de éstos los que se han visto obligados a bajar el telón, incluidos los teatros, de forma definitiva.
Un domingo de cine significaba muchas cosas. Pasar un rato con tus amigos, desconectar del mundanal ruido, un soplo de aire fresco en tu resaca de la noche anterior o una excusa perfecta para quedar con la chica o chico que te gustara… Sí. Porque todos hemos hecho manitas en el cine, "una de romanos" que decía el maestro Sabina. Todos hemos disimulado que estábamos interesadísimos en la película, cuando en lo único que nos fijábamos era en la boca de la chica que teníamos al lado, midiendo cada detalle de sus movimientos para captar el momento adecuado para dar el paso. ¿Cuántos nos hemos quedado dormidos más de una vez en butacas más o menos cómodas?. Eso también es el cine. Y risas, llantos, emociones, sueños y sensaciones a flor de piel… Querer convertirte en el protagonista, necesitar esas historias en tu día a día y tener larguísimas conversaciones y debates acerca de lo que en ese momento nos regalaba la gran pantalla. Sensaciones que no acababan, ni acaban al salir de la sala… Momentos que se hacen eternos y se convierten en referencias para nuestro día a día. El cine siempre permanece en nosotros, de una manera u otra… Es esa desconexión total de tu realidad que te permite crearte otra por unas horas… o quizás días… El cine es evadirte, encontrarte… soñar despierto.
Modelos así, son los que deben difundirse de boca en boca, que junto con la regulación de sus precios se hagan asequibles a todos los públicos, y así lograr que esta llama de arte e historia no se apague jamás. "El cine no es un trozo de vida, sino un pedazo de pastel", el bueno y gordo de Alfred Hitchock.
El genio de Charles Chaplin defendía que “si la gente sabe como se hace el cine, la magia desaparece”, hoy, desde aquí, tengo que llevarle la contraria… El cine siempre será mágico si nosotros queremos que así sea. Si continúa siendo el auténtico imperio de los sentidos que es, si nos “dejamos hacer por él”, sin ponerle trabas. Una poderosa herramienta cultural, ahora y siempre…y que muchos deberían aplicarse en sus ratos de inapetencia para así, olvidar la dificultad que debe suponer llevar a rajatabla las vidas de los demás (toque de atención interesante). Permitidme la risa, esta noche preciso ser actor, un amante del cine, feliz de su realidad diaria, al que no le preocupan, ni un ápice, las pequeñeces, que a través del viento, llegan a sus oídos. Buenas noches y nunca dejéis de disfrutar del título de este día 40 en Sofía..."días de cine".
No hay comentarios:
Publicar un comentario