El día de hoy nos ha ofrecido algunas sorpresas inesperadas. Agradables como casi siempre desde nuestra llegada a Sofía. Aunque vivimos el día a día con la misma intensidad de quienes sólo disponen de tres meses para aprovechar al máximo esta experiencia, hoy, personalmente, me paré a observar... abrí los ojos más, para ver, de nuevo más, de lo que lo he hecho estos días. Sofía es genial, nosotros estamos genial, pero no debemos olvidar nunca a la gente que no lo está pasando bien. Existe una gran número de indigentes que vagan por las calles de Sofía, el frío y la corvatura de sus espaldas hacen que apenas podamos verles sus caras, rostros lastradas por los años, por la marginalidad, por la pobreza que forman parte del decorado más real de la ciudad de Sofía. Mentes aisladas a la más dura soledad. Los olvidados de los olvidados que se consiguen de nuevo olvidar para permitirse el lujo de dormir en su cama improvisada a base de cartones cada noche a temperaturas que no me gusta ni imaginar. La contextualización y adaptación a un lugar, no es sólo monumental, como siempre digo... me gusta observar.
La sorpresa de la que hablaba al principio del día de hoy, es que ya hemos ido a nuestro lugar de prácticas. Se llama LENYKA, es una academia de español para búlgaros y rusos. Elena es la dueña, vivió en España muchos años y habla bastante bien nuestro idioma. Es una chica estupenda que nos ha acogido a mí y a mi compi Cobo con una alegría propia de una "cuasimadre" , cosa que cuando estás lejos, se agradece. Hemos tenido una clase interesante, hablando frases y expresiones en español. La gente está muy interesada y les encanta mantener conversaciones en el idioma que están estudiando. Personalmente, me parece muy interesante la idea. Así que... espero aprovecharla al máximo.
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